En diciembre de 1978, 30 años después del descubrimiento de la fisión nuclear, en el reactor de Alto Flujo del europeo Instituto Laue-Langevin de Grenoble, se realizó experimentos que llevaron a la evidencia experimental de la existencia de la fisión fría. Se trató de experimentos sobre fisión, inducida por neutrones térmicos, del uranio 233, uranio 235 y plutonio 239. El equipo estaba dirigido por Claude Signarbieux del Centro de Estudios Nucleares de la Comisión de Energía Atómica de Francia. El experimento formó parte del trabajo de tesis del autor de esta nota.
