Los nuevos graduados universitarios a menudo me piden consejo de carrera. Tuve la suerte de estar en mis 20 años cuando la revolución digital se estaba poniendo en marcha, y Paul Allen y yo tuvimos la oportunidad de ayudar a darle forma. (Lo que explica mi falta de un título universitario-salí de la escuela porque temíamos que la revolución pasara sin nosotros.) Si yo estuviera empezando hoy y buscando la misma clase de oportunidades para hacer un gran impacto en el mundo, consideraría tres campos.
Una es la inteligencia artificial. Sólo hemos empezado a aprovechar todas las formas en que hará que la vida de las personas sea más productiva y creativa. La segunda es la energía, porque hacerla limpia, asequible y confiable será esencial para combatir la pobreza y el cambio climático. El tercero son las biociencias, que están maduras con oportunidades para ayudar a las personas a vivir vidas más largas y saludables.
Pero algunas cosas en la vida son verdaderas no importa qué carrera usted elige. Ojalá hubiera entendido mejor estas cosas cuando salí de la escuela. Por un lado, la inteligencia no es tan importante como pensé que era, y toma muchas formas diferentes. En los primeros días de Microsoft, creía que sí se podía escribir un gran código, también se podía administrar a la gente bien o ejecutar un equipo de marketing o asumir cualquier otra tarea. Yo estaba equivocado sobre eso. Tuve que aprender a reconocer y apreciar los diferentes talentos de la gente. Cuanto antes puedas hacer esto, si no lo has hecho ya, más rica será tu vida.
Otra cosa que desearía haber entendido mucho antes es la verdadera desigualdad. No lo vi de cerca hasta mis 30 años, cuando Melinda y yo tomamos nuestro primer viaje a África. Nos quedamos impactados por lo que vimos. Cuando volvimos, empezamos a aprender más. Millones de niños allí estaban muriendo de las enfermedades que nadie en países ricos siquiera se preocuparan. Pensamos que era lo más injusto del mundo. Nos dimos cuenta de que no podía esperar a involucrarse, tuvimos que empezar a devolver enseguida.
Sabes mucho más que cuando tenía tu edad. La tecnología te permite ver los problemas de una manera que mis amigos y yo nunca pudimos, y te permite ayudar en formas que nunca pudimos. Usted puede comenzar a combatir la inequidad antes, ya sea en su propia comunidad o en un país a la mitad del mundo.
Mientras tanto, te animo a rodearte de personas que te desafíen, te enseñen y te empujen a ser tu mejor yo. Melinda hace eso por mí, y yo soy una mejor persona por ello. Al igual que nuestro buen amigo Warren Buffett, mido mi felicidad en cuanto si las personas cercanas a mí son felices y me aman, y por la diferencia que hago en la vida de otras personas.
Un gran consejo, gracias Dr, 🙂