Investigadores liderados por Matthew J. Liebmann de la Universidad de Harvard, estudiando la evolución de los bosques de coníferas en los bosques del suroeste de Estados Unidos, indican que en la provincia de Jémez en Nuevo México, un siglo después de la llegada de los europeos se produjo una reducción de 87% en la población indígena. La despoblación generó mayor frecuencia de incendios superficiales entre 1640 y 1900.