Para ese propósito se usa el acelerador LHC, en el que se produjo el tan esperado bosón de Higgs, más conocida como la partícula de Dios. De lo que se trata es de elevar lo más que se pueda la energía cinética de los protones, los que van a chocar frontalmente. Se ha llegado a velocidades cercanas a la velocidad de la luz. Mientras más se acercan a esta velocidad, mayor es la masa de la partícula, y más difícil es incrementar su energía cinética.
Aumentando la energía de los protones antes de colisionar, de todas maneras se espera la producción de nuevas partículas. Las características de esas partículas serán analizadas y darán lugar a nuevas teorías. Por ahora, el interés parece concentrarse en ver echar un poco de luz al universo desconocido de materia oscura.
Alberto Ruíz, el físico español más citado, es uno de los que están en ese esfuerzo .